Santiago Maldonado: nuevas mentiras

 

Los medios vuelven a lanzar carne podrida para desviar la investigación sobre la desaparición forzada de Santiago. Ahora dicen que habría cruzado con vida a Chile.

 

Desde que Santiago Maldonado fue visto por última vez, detenido por la Gendarmería en Pu Lof de Cushamen, en Chubut, el 1 de agosto de 2017, los medios de comunicación afines al Gobierno hicieron circular un sinnúmero de noticias falsas para desviar la investigación.

Se dijo que podía estar en Entre Ríos, en Mendoza, en San Luis, en Osorno, en Tartagal. No estaba en ninguno de estos lugares. Se publicó como verdadera una llamada anónima que terminó siendo falsa. Se dijo que podría haber cruzado el río y tanto Clarín como La Nación lo publicaron como información verídica cuando el propio juez de la causa indicó que las pruebas que solventaban dicha hipótesis habían sido plantadas.

A pesar de estas operetas mediáticas y de la cerrada defensa del gobierno a la actuación de Gendarmería, la lucha de los familiares, organismos de DDHH y organizaciones políticas logró que la causa fuera caratulada como “desaparición forzada de persona”. Sin embargo, esto no detiene las maniobras, cada vez más desesperadas, para encubrir a los verdaderos responsables.

La última novedad en el arte de tirar carne podrida la trajeron en la tarde del lunes Clarín e Infobae. Primero, el “gran diario” publicó que dos médicas de Esquel habrían asistido a un herido fuera del “sistema público o privado”, el día 21 de julio. Las médicas aún no declararon. Pero eso no le impide a Clarín afirmar que el herido que atendieron “podría ser Santiago”. ¿Por qué estaba herido? Según Clarín e Infobae, el joven habría participado de un asalto a un puesto de Benetton, durante el cual el puestero llamado Evaristo Jones dice haber herido a una persona. También dice Clarín que el “celular adjudicado al joven dejó de funcionar el 21 de julio”.

Los familiares negaron enfáticamente esa versión, indican que Santiago no participó del asalto ni fue apuñalado. Que luego del 21 de julio fue visto en el Bolsón sin herida alguna por numerosos testigos y que, además, se comunicó con su familia el día 27 de julio.

Pero hay más: el caso del puestero ya había sido utilizado previamente por el Gobierno. Fue la ministra Patricia Bullrich la que indicó que Evaristo Jones habría matado a Santiago Maldonado, cosa que el propio puestero negó cuando fue consultado, recién una semana después de que La Nación publicara la noticia. Ahora, cayéndose esa primera versión, Clarín arma otra que incluye a dos misteriosas médicas cuya palabra aún no se oyó.

Más tarde Infobae tomó la posta. Citando la noticia publicada por Clarín, la periodista Silvia Mercado afirma que según una “fuente segura” (que por supuesto no revela ni explica por qué es “segura”) Santiago habría cruzado a Chile luego de ser asistido por esas dos médicas. Es decir que no solamente da por hecho que fue herido y atendido por esas profesionales sino que agrega que, en pleno invierno, con un metro de nieve sobre la cordillera, Santiago habría cruzado al país vecino para no dejar rastro de su ingreso por la aduana.

Estas historias inverosímiles, que contradicen a los testigos que vieron a Santiago con vida por última vez durante el operativo de Gendarmería en Chubut, son relatadas por estos diarios con un pretendido lenguaje objetivo que habla de “fuentes de la investigación” para reproducir únicamente los argumentos o pistas falsas que lanza la defensa de Gendarmería. En cambio, los argumentos, pruebas y datos aportados por la querella y los familiares nunca aparecen en las notas, o solo se sugieren, diluidas, al final de las mismas, como una mera cobertura contra posibles acciones legales.

A pesar de estas operaciones miserables, que buscan encubrir a los verdaderos responsables, el reclamo por la aparición con vida de Santiago crece y se multiplica en las redes sociales y movilizaciones. El delito de “desaparición forzada de persona” solo puede ser cometido por el Estado y sus fuerzas de “seguridad”, con el amparo del Gobierno. Los testimonios de quienes vieron por última vez a Santiago con vida son claros: se lo llevó la Gendarmería. Y está documentado y probado que la Gendarmería siguió “órdenes precisas” del Ministerio de Seguridad, cuyo funcionario, Pablo Noceti, estuvo comandando el operativo que terminó con la desaparición de Santiago.